Encuentro aguado.
Hoy a las 18 hs. fui a la plaza que se encuentra frente al obispado a esperar la hora de la oración por un nuevo obispo. Llevé un pasacalle donde decía "En defensa de la moral de la Iglesia Católica" y me puse a esperar que llegaran mis compañeros de lucha y batalla.Pero nada, nada pasó. Parece que muchos se derritieron por el camino o quedaron ahogados en algún bache de alguna hermosa avenida de nuestra ciudad.
Esperé mucho, mucho tiempo sin que nadie apenas asomara la nariz para poder alentarme en mi justo reclamo por una iglesia con fieles más honestos.
Nada pasó. Parece que todo el revuelo de los seminaristas a más de uno desanimó. Y realmente es así. A más de uno desanimó ver a los seminaristas lanzarse en defensa de aquello que ellos por propia experiencia sabían que era cierto.
Fue una pena; quería manifestarme y decir frente a todos y al obispo, que hay en esta diócesis una manga de curas ineptos y desubicados, que de fieles no tienen un comino y que de católicos solo la partida de nacimiento. Tenía ganas de manifestarme y decir que la moral que no es sólo sexual -y menos si es mentira lo que se dice en contra de alguien- sino que la moral también pasa por el respeto y reverencia hacia nuestros superiores y por el respeto que debemos tener hacia las cosas santas, no como aquellos laicuchos que hacía de politiqueros en una tal reunión en algún reino de la blanca de la ciudad.
Pero ya ven, después de mucho esperar, tuve que recoger mi pancarta y retirarme, porque me dí cuenta que aquí, no había más que 2 o 3 gatos locos, que miedo tienen al agua. Parece que este fue un encuentro aguado por la calumnia y el fanatismo.
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